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martes, diciembre 04, 2007

Enlace Olfativo

En una cocina se fusionan muchos aspectos básicos para que pueda operar de buena forma.


Hasta hace poco, muchos restaurantes sólo se preocupaban de la carta, el servicio y la ornamentación del lugar, pero gracias al metódico y permeable universo culinario actual, se están asomando en la cocina otros aspectos antes un poco dejados de lado, entre éstos, nos dejaremos llevar por el ecléctico mundo de los olores.


Los sumilleres, encargados de recomendarnos las bebidas que acompañaran nuestro menú, participan en la amalgama directa a la hora de comer las preparaciones.


La gran virtud de éstos es la asociación de aromas y su posterior desglose en un sin fin de variedades, aromas dulces, secos, frutosos, terrosos, ácidos, ahumados, florares, etc. Y de esta forma componer cada elaboración para un armónico maridaje.


Un sumiller no sólo sabe de vinos, sino de todo el abanico en torno a los sentidos. Perfectamente puede diferenciar la acidez de un aceite y saber si es poli o monovarietal, como también puede conocer las distintas etapas de fabricación del habano, o comentarnos las variedades de whiskey o whisky que existen en el mercado.

Al momento de poner en marcha un nuevo menú, el sumiller hace trabajar sus sentidos en cada plato que degusta, para así al final poder asociar las mejores bebidas para maridar cada preparación.

Sin lugar a dudas los bebestibles cumplen un enlace fundamental a la hora de comer; pero eso no es todo, los cafés, infusiones, tés, habanos, aguas, licores, vinos espumosos, etc. también desempeñan un rol especial y es el sumiller quien nos abre sus cualidades sensoriales para realzar, aprovechar, disfrutar y consolidar al máximo el enlace entre la comida y la bebida.
 
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